Vértigo
La ciudad nunca para. No voy a mentir, es agobiante. Las calles se entrelazan como venas abiertas, rostros pasan sin detenerse. Así todo parece moverse más rápido. El ser humano siempre busca formas de llegar al entendimiento. Este, no es un punto fijo al que se llega, sino un proceso continuo. Un ritual de autoconocimiento. Entenderse a sí mismo, al otro y al mundo que lo rodea.
Hora azul
Es un instante de transición, la luz y la sombra se abrazan. Es calma y melancolía, esperanza y despedida. El cielo nos susurra, invitándonos a contemplar lo fugaz y eterno de la vida.
Sinfonía de esperanza
Es el canto de los pájaros. Bajo tal infinitud, uno se llega a sentir pequeño. Se siente pequeño, pero pleno. La naturaleza despierta una cascada interior de preguntas y respuestas. Al alejarse, uno descubre el peso invisible de lo cotidiano: Lo que hacemos, vemos y sentimos cada día, tan reiteradamente que es un automatismo interno. Un lugar eterno. Sin relojes, sin límites.Una Inocencia rota.





























